«Divertidísima y magistralmente escrita, amigo Antonio. Me la he leído en tres viajes de tren recientes escandalizando con mis carcajadas a los colegas del vagón de silencio. Gracias por llamarme insigne y maestro. Un abrazo, Juan»

Ls lagrimas enturbiarán la visión del lector al reir a mandibula batiente mientras trata de mantener la compostura al leer unos hechos surrealistas y comprobar el grado de locura narrativa del escritor.

Desconocemos si las historias que narra aquí el sujeto llamado Antonio M. son reales o no (aparentemento, no), pero nos da igual. Los espasmos que produce en nuestro estómago la lectura de este libro son suficiente terapia para alegrarnos el día y dar por amortizado cada segundo invertido en la misma.

Una aparente estructura caótica, con un fino hilo conductor, desorienta al lector hasta el desenlace final, revelador, clarificante.

Libro soez, sin trama, sin romances ni amor, escenas delirantes. Mi visión femenina del mundo color rosa ha quedado destruida tras leer este aberrante libro. Como autora de un blog que versa sobre belleza, cosmética, y embarazos, esta novela me ha decepcionado porque no he comprendido ni papa. Solo para hombres.